Los frutos secos son auténticos tesoros nutricionales que merecen un lugar destacado en tu alimentación.
Aquí te presento los beneficios clave de incluirlos en tu dieta:
Grasas saludables: Las nueces, almendras, pistachos y avellanas son ricos en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, que ayudan a reducir el colesterol. Estas grasas son amigables para el corazón y contribuyen a mantener una salud cardiovascular óptima1.
Fibra y proteínas: Los frutos secos son una excelente fuente de fibra dietética y proteínas vegetales. La fibra mejora la digestión y la saciedad, mientras que las proteínas son esenciales para el crecimiento y la reparación de tejidos12.
Vitaminas y minerales: Estos pequeños tesoros también contienen vitamina E, potasio, calcio y magnesio. Estos nutrientes son fundamentales para el funcionamiento adecuado del cuerpo y la salud del corazón1.
Reducción del riesgo de enfermedades cardíacas: La FDA permite que los envases de frutos secos lleven una declaración de propiedades saludables que sugiere que comer 1.5 onzas al día como parte de una dieta baja en grasas saturadas y colesterol puede reducir el riesgo de enfermedades del corazón1. Así que, ¡añade un puñado de frutos secos a tus snacks o ensaladas y cuida de tu corazón!